Descentralización es diversidad

La importancia de los procesos de descentralización de la producción cinematográfica en México debe abonar en la diversidad de narrativas y lenguajes en la industria del país, concuerdan los cineastas de Nuevo León. 

En el panel Del norte de México al mundo.  El cine de Nuevo León en los grandes festivales cinematográficos, varios realizadores analizaron la situación de la producción, la cual avanza, aunque están conscientes que aún tiene retos por consolidar. 

En la charla que se desarrolló como parte de FILMO: Foro para el Futuro del Cine Mexicano, el el 17 ficmonterrey -Festival Internacional de Cine de Monterrey- participaron Jesús Mario Lozano (Así y Más allá de mí), Gian Cassini (Comala), Carlos Lenin (de La paloma y el lobo) y Denisse Chapa (Silencio y Selva trágica), productores y directores que han llevado sus cintas a grandes foros. 

“La real descentralización de la producción debe alejarse del encasillamiento de la mal entendida provincia por temáticas, es peligroso asociar temáticas o paisajes a las regiones, porque luego surge una demanda estética que no necesariamente corresponde a la visión de los realizadores. Lo bonito es que cuenten la realidad del barrio o cotidianidad desde su punto de vista, ahí es cuando verdaderamente podremos hablar de la descentralización”, percibe Carlos Lenin. 

“Hay un camino por recorrer en cuanto a infraestructura para tener 2-3 producciones simultáneas, hay ciertas limitaciones en las unidades, gente y capacitación, por lo que aún las producciones dependen en ciertas áreas de otros estados, aunque se han hecho filmes puramente regios, no creo que estemos aún en el punto de producir sin depender de otros. Sería lo ideal, pero no hemos llegado ahí”, establece la productora y directora Denisse Chapa, quien actualmente es delegada en Nuevo León de CANACINE. 

A final de cuentas, siempre se debe tener presente la encomienda de la pluralidad del cine mexicano, considera Jesús Mario Lozano, cuyas películas se han exhibido en foros como La Mostra de Venecia. 

“Debemos defender y respetar las diferentes visiones de realización; esa apertura trasciende de las temáticas, se relaciona con otros modos de producción y realización. La pluralidad es uno de los grandes retos del cine mexicano, aún cuesta abrir la puerta”. 

Son las problemáticas o vivencias compartidas las que deben dar identidad a una industria en México. 

“Está como ejemplo los documentales que abordan la desaparición forzada en diferentes zonas del país, hay relatos e historias íntimas, es un conflicto que compartimos no solo en términos de región. A partir de estas exploraciones se puede generar el vínculo con todos los demás relatos que se hacen en el resto del país”. 

Realidades que no siempre son “del agrado” del público, como sucedió con Ya no estoy aquí, la película de Fernando Frías de la Parra. Conflictos necesarios para fortalecer las narrativas. 

“El hecho que incómoda es porque si no existiera el cine y no se contaran estas historias muchos en Nuevo León no las conocerían; esas vivencias solo son posibles a través del cine, que es la forma de transmitir o hacer llegar esas historias que a veces no las palpas porque no te tocan o no las vives, eso es lo rico del cine”, recalca Denisse Chapa. 

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